El Tzcán
- Medusa
- 11 jul 2017
- 2 Min. de lectura
El Tzucán vive en los cenotes –en lengua maya ts’ono’ot “caverna con agua”- de Yucatán que dice la leyenda estar comunicados por abajo. Son más de dos mil cenotes, depósitos de agua y cavernas que se inundaron y en los que se observan formaciones calcáreas, que proveen de agua dulce a las personas.El Tzucán es un ser fantástico lleno de maldad que gusta de aparecerse a los humanos para asustarlos. Mi abuelo me platicaba que cuando era joven se contaba de la tragedia que había acontecido a unos muchachos que habían llegado a trabajar en los campos de henequén, ki, en maya, cuya fibra dura, el soskil, tejida y elaborada tiene muchos e importantes usos en la industria. Estos dos jóvenes, Jacinto y Fernando, decidieron, después de un día de arduo trabajo, meterse al cenote que estaba cerca de los campos henequeneros, y darse un buen chapuzón. Los otros trabajadores les advirtieron que no se metieran al cenote de noche, porque era muy peligroso. Pero los muchachos no hicieron caso y se fueron tranquilamente a bañar una noche de luna llena.Muy contentos estaban en el agua, cuando de pronto empezaron a ver que las aguas del cenote empezaban a burbujear como si hirvieran. Los dos se asustaron y nadaron hasta la reata que habían colgado para bajar al cenote. Fernando logró subir por la cuerda. Ya en tierra, volteó a ver a Jacinto que había lanzado un grito muy feo, y vio que el monstruo Tzucán agarró al amigo de un pie y lo jaló.Al día siguiente, varios trabajadores acompañados del capataz acudieron al cenote y encontraron muchas huellas de sangre en la tierra que le circunda. Fernando tuvo tal impresión por la muerte de su amigo, que dejó el trabajo y se regresó a su pueblo cerca de la ciudad de Valladolid, y nunca más volvió por aquellas tierras henequeneras de Chumkanán que tan mal recuerdo le traían.
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